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I TANTRA EL RINCON DE LA LIBERTAD SEXUAL


TANTRA Y EL NUDISMO

Guardada y preservada por siglos, hasta que la humanidad estuviese en el momento adecuado, esta visión ancestral del ser humano ha llegado ahora a Occidente, siendo precisamente en Occidente donde está tomando todo su poder. El mundo está ahora preparado y necesita las enseñanzas del Tantra. Unas enseñanzas que vienen a desmitificar y limpiar todo el miedo y todas las consideraciones erróneas y aberrantes que la humanidad ha fabricado respecto a sí misma, en especial respecto a la sexualidad y a todo aquello unido a la materia, a la Tierra, a lo femenino. La visión del Tantra reconcilia y reunifica la polaridad femenino-masculina, llevándola a su verdadera dimensión, la danza sagrada que crea el Universo.

EL TANTRA






JE T'AIME


ENLACE MEN TANTRA MADRID



"El objetivo fundamental del sexo tántrico es dejarse llevar por el placer", afirma Alicia Gallotti, escritora especialista en sexualidad y autora del libro Sexo y Tantra. "La meta no es el orgasmo, sino la energía sexual que transmiten los dos cuerpos, aprender a disfrutar del sexo sin etiquetas, sin tabúes, sin presiones ni ansiedad. Disfrutar con libertad", añade esta especialista.
1.       El sexo tántrico busca disfrutar del placer en toda su esencia
2.      Personas en plena madurez sexual se acercan a esta disciplina en busca de nuevas experiencias
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Tomando como premisa este conciso resumen de la doctrina tántrica, pretendo acometer la osadía de contrastar esta cultura oriental con las tres religiones monoteístas implantadas en occidente. Estas últimas opciones abordan el humanismo relativo a la sexualidad de forma antagónica a como se plantea en Tantra. Para el Judaísmo, el Cristianismo y el Islán, el sexo queda postergado a la procreación, es decir, el mandamiento divino de: “Creced y multiplicaos”. Al margen de los matrimonios religiosamente constituidos, el sexo es algo negativo y sometido a la moral y las buenas costumbres comúnmente aceptadas. La casta sacerdotal es quien se arroga la interpretación infalible de la voluntad divina. En los estados modernos se reconoce el derecho a la libertad sexual, aunque en el seno de la creencia religiosa, la sexualidad, únicamente está destinada para  perpetuar la especie. Es la  “concupiscencia”. La tendencia que el ser humano tiene hacia el mal.



De este planteamiento teológico ajeno a cualquier raciocinio humano, emanan un sinfín de vocablos que expresan las normas morales ancestrales preñadas de complejos personales y sociales, así como de prejuicios religiosos y hasta antropológicos relativos al clan, la tribu y la figura del patriarca. Vocablos tales como concupiscencia, mencionado más arriba, lascivia, lujuria, impudicia, impureza, deshonestidad, masturbación, anticoncepción, inmoralidad, homosexualidad, lesbianismo… Todos ellos tienen como fundamento negar el placer sensual y sexual del ser humano. Pero sin embargo todos están protegidos como derechos humanos recogidos en las constituciones de las democracias modernas. Todos estos conceptos perderían su esencia positiva, si quebrantaran la libertad, el respeto, la igualdad y la responsabilidad. El planteamiento de la realización sexual de la persona es una reivindicación educacional que comienza en la infancia y continúa a lo largo de las diferentes edades del hombre.  La opción a vivir al margen de la sexualidad, la castidad, la virginidad, son opciones legítimas pero no vinculantes para el resto. 



No obstante, quien viole la libertad sexual de los otros contra su voluntad (violación), abusando de niños (estupro, pederastia) o el incesto, serán  condenados por el Código Penal. No porque hayan cometido pecados reato de culpa, sino porque han cometido un delito penado por la ley civil, donde cualquier deidad está margen. Sin duda las doctrinas monoteístas referente a la sexualidad, están al margen de vivir conforme a la Naturaleza y de cuerdo al pensamiento emanado de la razón. Un acercamiento a Tantra para un ciudadano de occidente, mujer u hombre, supone dejar mucho lastre cultural, social, político y religioso en el intento. Para comenzar, la sexualidad es una materia positiva que toma parte de un todo. Aunque esta aproximación personal a Tantra tiene muchas limitaciones, me doy por satisfecho provocar un debate para cambiar de signo la ecuación de la sexualidad, planteada por las tradiciones: judaica, cristiana e islámica.




Es preciso acercarse a Tantra de forma impúdica, sin pudor. Abrir todos los compartimentos bloqueados de tu cuerpo, mediante los cincos sentidos. Todas las partes del cuerpo, con mayor o menor intensidad, son susceptibles de albergar zonas erógenas. El masaje, la caricia, el abrazo en la desnudez, la felación y la masturbación, tiene como fundamento aumentar sensualidad, sexualidad, lascivia, lujuria y provocar un orgasmo que se pretende permanente. Los enemigos de Tantra son: el sexo precipitado, incómodo, eyaculación como meta  y sobre todo realizado de forma inconsciente. Las emociones y las sensaciones conscientes en el encuentro sexual y en el abrazo tántrico, son decisivas. Y la continencia en la eyaculación para no malgastar energía,  una meta irrenunciable. 




A una sesión tántrica se entra despojado de toda vestidura y bagaje de complejos y prejuicios. Uno se abandona en el otro y da rienda suelta a los sentimientos y sensaciones. Diciendo sí al devenir del placer y del gozo. Tantra penetra en Occidente sin discriminar entre hombres de mujeres y viceversa. El sexo, mejor dicho la sexualidad como potencial humano, no tiene género. Los genitales femeninos y masculinos únicamente son diferentes a la hora del ayuntamiento para la procreación. El resto son susceptible de excitarse ante cualquier caricia, y a cualquier estímulo corresponde una respuesta.



Los amantes en un proceso de encuentro tántrico, es natural que pierdan el pudor ante cualquier compostura en aras de lograr el máximo placer sensual, sexual, erótico e incluso pornográfico… El clima creado en el lecho de la lujuria ansiada, imbuye a los amantes en la persecución del clímax anhelado. Aunque algunos autores no incluyen como práctica tántrica el llamado Kamasutra, las acrobacias formadas por estas posturas eróticas, persiguen y consiguen tanto en parejas de mujeres como de hombres o mixtas, grados de erotismo de alto potencial sexual…



En el comienzo de este brevísimo ensayo utilicé la palabra osadía, por   atreverme a contrastar dos culturas antagónicas. El fanatismo y la razón. Los prejuicios y la libertad. Lo natural y lo antinatural. La realización sexual y la frustración. Las tinieblas y la luz… No obstante, mi osadía no conoce límites y la disciplina Tantra debería ser una asignatura adaptada a la infancia, adolescencia, pubertad, juventud, madurez y senectud. Nuestra sexualidad ha sido una conducta proscrita, censurada, clandestina, ignorada, preñada de tabúes, frustraciones, prejuicios y complejos.  Tantra es la auténtica escuela del amor humano, donde se sacraliza la sexualidad, largos siglos perseguida y condenada. 




 Este rincón está dedicado a los enamorados de sí mismos y de la vida...


1 comentario:

  1. Me encanta ... El sexo domesticado y sometido solo a la utilidad de procrear . priva al ser humano de algo que ningun otro ser vivo posee ... Ningun animal disfruta del sexo,,Ellos solo obedecen la orden natural de procrear..Y si el hombre es sometido a reprimirse y no disfrutar de su sexualidad ,, en realidad se condena a ser semejante a las bestias .. que es todo lo contrario a como dicen los reprimidos puritanos ..

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