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MI SUBIDA AL MONTE TÁTRICO II


Una historia de amor anónima



Han transcurrido unos meses desde nuestra última sesión de Tantra, allá por la primavera pasada. No obstante, mis vivencias sensuales y sexuales han permanecido activas. Cuando se descubre la consciencia de que la sexualidad es una energía que es preciso desarrollar como eje central de nuestras vidas, todo fluye como cantos rodados. Nuestro cuerpo es una auténtica caja de música, que además es capaz de registrar no solamente las notas musicales sino también las emociones que nos proporcionan las sensaciones y melodías de nuestro cuerpo en contacto con otro cuerpo. Suavidad, temperatura y vibraciones. Gozo y placer.


Mural de Carlos Santiesteban

Mi vida transcurre seducido por dos centros de atención: 

La imperiosa necesidad de expresarme, de comunicarme, de escribir para ser leído; amando a los demás de mil maneras. Y el segundo centro de atención, la vivencia creciente de las sensaciones y emociones de forma consciente, compartidas con  la más honda esencia de mi Ser. Permaneciendo  en comunión con los demás… 





Templo de Debod


SITUADO EN EL LECHO DEL TATAMI




En esta sesión no hubo necesidad  de permanecer con el pañuelo colocado en los ojos durante todo el tiempo. Fue suficiente que cerrara los ojos y permanecer en esta oscuridad iluminada sólo por las sensaciones y las emociones compartidas contigo, mi maestro. Con la respiración tántrica ansiaba acompasar la tuya y sentir los contactos que tú me marcabas. En el ritmo de mi respiración debo admitir que en no pocas ocasiones, invadido por las sensaciones me olvidaba de seguir tu ritmo.  Después de los primeros ejercicios de aproximación mi cuerpo sentía y apercibía el contacto con el tuyo. Acogía con agrado y sensualidad mi pierna entre tus genitales e igual placer estaba  sintiendo cuando los tuyos rozaban la mía. Me fuiste quitando el fular y con sutiles toques percibía que estábamos desnudos los dos. Me condujiste hasta el tatami y allí una vez tumbado procediste a masajear transmitiendo energía en todas las partes de mi cuerpo. Era consciente de que apenas sentía molestias por aquellas  partes que tenían cierta rigidez o bloqueo. En general notaba alivio y relajación. Percibí de manera sensible las diferentes fases a la hora de tocar y acariciar mi cuerpo.
Cada sesión que mantengo contigo avanzo más en el tratamiento que se debe de dar al centro neurálgico del órgano genital masculino, al margen del otro sentido neurálgico propiamente dicho. Consultando una bibliografía he conseguido acotar el vocabulario más apropiado que explica en qué consiste el masaje lingam y cuál es su objetivo. Con inmersión absoluta en la terminología tántrica.



El Ocaso

“El masaje lingam es, básicamente, un masaje que se realiza en la zona genital masculina, en la que se ubica el chakra sexual. Según el Tantra, este chakra simboliza la unión entre la mente, el espíritu y el cuerpo, por eso esta técnica es utilizada para explorar la plenitud.
Ya seas tú el masajista o el que lo recibe, debes saber que el objetivo del masaje tántrico del órgano sexual masculino o lingam es la relajación del hombre y su conexión con su parte más sensible, lo que hace posible el intercambio de los papeles tradicionales de ambos sexos.
La meta principal del masaje lingam es la exploración de una nueva forma de placer, independiente del orgasmo. No implica la existencia de una relación sexual entre el masajista y el cliente, aunque claro, es un masaje tántrico que se practica cuerpo a cuerpo con total desnudez”. Efectivamente es una huída consciente del binomio masturbación-eyaculación.




El Pario de la Mezquita


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Según transcurría la sesión llegó un momento en el cual nuestro cuerpo a cuerpo se hace más pleno y tú practicaste unas habilidades físicas y eróticas que me hacían sentir placer a través de sensaciones, temperatura, suavidad... Al mismo tiempo, me proporcionaste la oportunidad de responder a tus estímulos masajeando suavemente con mis dedos tu lingam, donde yo percibía conscientemente la satisfacción de tu excitación progresiva. Estas caricias marcan una simetría en ambos lados de mi cuerpo. Llevaste con delicada suavidad el placer a rincones muy sensibles, a través de las yemas de tus dedos. Nuca, lóbulos e interior de las orejas, ambas partes del cuello y masajeando el cuero cabelludo. Sin duda el óleo y la temperatura eran cómplices del resultado de las caricias.
Una vez tendido decúbito prono, te deslizabas sobre mi espalda surcando el lingam partiendo desde el perineo hasta la espalda. Una vez a la altura de mis brazos me tomaste las manos entrelazando tus dedos con los míos, inmovilizándolos y tirando de mis brazos hacia adelante, al mismo tiempo que tu respiración animal susurraba en mis oídos, recibiendo pequeños toques de tus labios. Mi excitación iba creciendo. Te colocaste detrás de mi cabeza indicándome que te abrazara las nalgas, tú mientras deslizabas las manos hacia el bajo vientre. Yo te acaricié en aquellas partes que estaban a mi alcance, fue un momento de respuesta a tus masajes y caricias ya con intención.
En la postura decúbito supino, estimulaste los anillos anales con suaves caricias y masajes donde las molestias se tornaban en sensaciones placenteras. Sentí tus caricias más polarizadas en el lingam y sus proximidades. Mi excitación iba creciendo cuando tu cuerpo y el mío se fundieron en un abrazo ya con clara intención de que yo sintiera tu piel, tu suavidad y la temperatura. Mis manos buscaban partes de tu cuerpo y tus genitales. Deseaba conducir el lingam entre mis piernas y deslizarle sobre el perineo acariciando tus ingles. Cuando tú me introdujiste el dedo, acariciando mis anillos anales, al mismo tiempo que me excitaste el lingam, sentí un placer que me hizo sujetarme con las dos manos al tapiz acolchado, y así hacer más fuerza para que tus dedos penetraran más…
Me acariciaste los pezones. Estas zonas han sido rehabilitadas en las últimas etapas de mi subida tántrica. En principio acariciar mis pezones era como romper vidrios en su interior. Después en mi auto estimulación, entrando en contacto con las yemas de los dedos, yo soy capaz de sentir una variación de placer según con qué dedo actúe.  Con crema o con jabón de baño siento una escala de cinco sensaciones de sensibilidad diferente.
Cuando tu cuerpo estaba sobre el mío me cubriste con auténtica intención para provocar en mí la máxima excitación: Anillos anales, estimulación del lingam, pellizcando mis pezones y yo respondiendo para retenerte más contra mí, deseando que continuaras en tu entrega. Llegué a sentir placer y dolor confundiéndose ambos, en una nueva sensación que yo percibí como una plataforma próxima al orgasmo,  pero breve… Escalofríos, hormigueo en manos, piernas y brazos, entrando en un profundo sopor. En ese estado aunque permanecía aún con los ojos cerrados, la oscuridad se tornó luminosidad… Pasados algunos minutos, me incorporaste la cabeza con mucha delicadeza y mi reacción fue fundirme contigo en una abrazo tántrico. Envueltos en un halo de energía sexual muy potente. Momentos en que maestro y discípulo nos confundimos en una misma emoción. En una misma energía.



Scorpios contra Scorpios
Anónimo

APORTACIONES EN MI ESTADO DE ÁNIMO

Desde que estoy inmerso en el universo tántrico he atraído al primer plano de mi consciencia el gozo de mi propia salud. El amor a los seres humanos que me rodean. La felicidad que me proporciona sentirme en armonía con mi propia sensualidad y sexualidad, compartiendo mi parte femenina y masculina con los demás.



Los Girasoles

TANTRA Y EL DOLOR HUMANO (Reflexión)

El erotismo hace sobrenatural la genitalidad humana. Más aún,  la sexualidad es la mística de la sensualidad. La mística de los sentidos es  la experiencia natural de lo divino. Es el gran contraste cuando lo divino y lo humano se fusionan en una misma emoción, una misma sensación, donde lo divino habita en la experiencia de los cinco sentidos, es decir, en la sensualidad. Estos conceptos mantienen la expresión de la realización de la sexualidad de la mujer y del hombre. En armonía ya sean pares o contrarios en la búsqueda del placer, incluyendo la autocomplacencia como satisfacción individual. El hombre en busca de la identificación con otro hombre, o bien la mujer va al encuentro de otra mujer. El ayuntamiento de una mujer con un hombre en busca de la felicidad, el placer y la satisfacción sexual mutua, nada tiene que ver con la procreación que perpetúa la especie. Estos conceptos preñados de vida son el resultado de un planteamiento renacentista, es decir, producto de la razón. Al margen de complejos infundados y prejuicios ancestrales. Este humanismo se vio ratificado por la Ilustración.



Autorretato

Un pene en erección no es el símbolo de la fertilidad del poder sexual exclusivamente, más bien es la expresión de una energía potencial plena de generosidad para compartir. En el encuentro sexual ambos pueden desear el poseer al otro, pero la resultante es que los dos amantes se encuentran en lo más hondo de su intimidad. Física y mentalmente.
El principio científico de que: La materia y la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Es válido para la energía sensual y sexual del ser humano,  que toma parte de la energía universal. Esta energía tiene un poder transformador positivo. Es como si la ecuación de la vida se viera afectada por un factor que transformara en positivo todos sus factores negativos. La sexualidad es perversa y negativa bajo el prisma de las religiones monoteístas, que han influido en la cultura del mundo occidental. Pero la sexualidad ante los ojos del Renacimiento y el uso de la razón, han dotado al Estado de un humanismo al servicio del hombre, como si Dios no existiera.
Este largo preliminar me sirve para ilustrar esta página de mi diario TANTRA.  Conscientemente dedicado a mi estado de ánimo frente al dolor humano, ante la tragedia del fallecimiento de un ser próximo y querido. Ante todo por incomprensible y frívolo que resulte, el proceso de la fase terminal del finado, el óbito en sí, el duelo y las exequias fúnebres, pueden ser paliados y enfocados a través de la energía sensual de signo positivo. Todos estos eventos están muy mal enfocados desde el punto de vista religioso. Aunque el dolor humano es inevitable, el proceso de recomponer el mundo de las emociones terriblemente afectado, está carente de recursos humanos; encomendando todo a la esperanza en el reencuentro con el ser amado en la otra vida… La resurrección de los muertos y la vida perdurable. Resolver este dilema de índole personal no es fácil; habiendo entrado en conflicto, una vez más, la fe y la razón.
A través de mi iniciación en TANTRA, tengo la certeza de que este es el camino que me permite avanzar y adentrarme en la consciencia de las emociones; viviendo el aquí y ahora. Pero también me asiste la serenidad para discernir aquello que no lo es. Y de esta manera, que me ha permitido abordar el dolor humano, lejos de ser una frivolidad, ha sido una forma racional de entender mis propias emociones. 



El ängel Caído

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